La Unión Tranviarios Automotor declaró el estado de alerta y lanzó una advertencia directa a las compañías de transporte del Área Metropolitana de Buenos Aires y de diversas ciudades del interior: toda línea cuyos empleadores no abonen los salarios y el medio aguinaldo en término quedará automáticamente paralizada.

La tensión se profundizó luego de que las cámaras del sector plantearan pagar los haberes de noviembre en dos tramos y dividir el medio aguinaldo en seis cuotas, argumentando demoras en el envío de subsidios por parte del Gobierno nacional. Para el sindicato, ese planteo resulta inadmisible y representa un intento de descargar la crisis sobre los trabajadores.

El secretario general del gremio, Mario Caligari, fijó públicamente los plazos y las consecuencias del incumplimiento. Señaló que cualquier firma que no deposite los sueldos antes del cuarto día hábil enfrentará un paro inmediato. En declaraciones radiales también cuestionó la postura empresaria y afirmó que los choferes cumplen con su tarea durante los 30 días del mes y los 365 días del año, por lo que deben cobrar según el plazo legal sin excusas económicas.

Las cinco cámaras que integran el sector enviaron una nota al secretario de Transporte, Luis Pierrini, y al secretario de Trabajo, Julio Cordero, en la que advirtieron que la situación financiera es crítica. Explicaron que la denominada “tarifa técnica” estaría calculada un 30 por ciento por debajo de los costos reales y que las transferencias de subsidios se han demorado aún más en los últimos meses, generando un desfasaje que impide afrontar los pagos completos y en tiempo.

En ese escenario propusieron abonar los salarios en dos partes y prorratear el medio aguinaldo en seis pagos consecutivos, una alternativa que el gremio rechaza sin condiciones.

Si no se garantiza el pago íntegro antes del cuarto día hábil de diciembre, podrían empezar a registrarse paros por empresa que afectarían tanto al Área Metropolitana de Buenos Aires como a distintas ciudades del interior del país.

La UTA ya había responsabilizado al Gobierno Nacional por un eventual conflicto, al advertir que los trabajadores podrían verse obligados a realizar medidas de fuerza para percibir en tiempo y forma lo que les corresponde por ley.

Hasta el momento no se anunció un paro generalizado. El mecanismo previsto por el gremio es actuar línea por línea según cada incumplimiento. Las negociaciones continúan, pero la conducción sindical remarcó que no aceptará pagos tardíos ni fraccionados. El nivel de tensión indica que la primera semana de diciembre será decisiva para determinar si el sistema de transporte enfrenta un nuevo conflicto.