Gimnasia fue a Núñez con la intención de resistir, pero terminó escribiendo una página dorada en su historia reciente. El equipo dirigido por Fernando Zaniratto, que en la previa firmaba el empate, terminó encontrando mucho más que un buen resultado: un triunfo clave que lo aleja del fondo de la tabla y lo deja a solo un punto de los playoffs.

El Lobo se plantó con solidez ante un River apagado, sin ideas ni conexión entre sus líneas. En la primera mitad, el visitante se mostró ordenado, con líneas compactas y sin sufrir sobresaltos. Con el correr de los minutos, Gimnasia percibió la confusión del rival y empezó a animarse. De contra, con criterio y sin descuidar la defensa, fue construyendo su confianza.

El plan era claro: sumar como fuera. Pero el desarrollo del partido lo invitó a más. Cuando Bautista Merlini forzó una falta en el área, apareció el Luis “Chelo” Torres para ejecutar con frialdad desde los doce pasos y marcar su quinto gol en el torneo. El grito del delantero significó más que un tanto: fue la confirmación de que Gimnasia estaba para dar el golpe.

A partir de ahí, River se lanzó con desesperación, pero se encontró con un Nelson Insfrán impenetrable. El arquero fue figura al contener un penal ejecutado por Miguel Borja en los minutos finales, asegurando así un triunfo histórico que el público visitante celebró como una hazaña.

Después de dos décadas, Gimnasia volvió a festejar en el Monumental. Tres puntos de oro que lo llenan de ilusión en la recta final del Clausura, donde deberá enfrentar a Vélez y Platense para sellar su clasificación. Esta vez, el Lobo fue más astuto, más intenso y más decidido que un River que nunca supo cómo reaccionar.