Información general | 26/10
Ciencia e innovación
La Universidad de Lanús puso en marcha su Polo Tecnológico pese al ajuste nacional
Con financiamiento propio y provincial, la UNLa inauguró un moderno Polo Tecnológico que reúne docencia, investigación y producción. El proyecto estuvo paralizado por la falta de fondos nacionales, pero la universidad y la provincia lograron sostenerlo.
La Universidad Nacional de Lanús (UNLa) inauguró recientemente su Polo Tecnológico, un espacio destinado a integrar docencia, investigación y producción, con un fuerte impulso al desarrollo de startups y proyectos innovadores. Allí funcionará el Laboratorio de Diseño, dependiente de la Licenciatura en Diseño Industrial, que ya cuenta con antecedentes exitosos como la creación de sensores de dióxido de carbono durante la pandemia o mobiliario propio para la institución.
El nuevo edificio, que alcanzó los mil ochocientos metros cuadrados, es dirigido por el responsable de la carrera, Guillermo Andrade. Su apertura significó el cierre de un proceso de más de dos años que estuvo marcado por las demoras en el envío de recursos nacionales. El proyecto había nacido bajo la gestión de Jaime Perczyk al frente del Ministerio de Educación y con un esquema de financiamiento tripartito entre Nación, Provincia y la universidad. Además, el Ministerio de Ciencia y Técnica, entonces encabezado por Daniel Filmus, había provisto parte del equipamiento mediante el programa Equipar Ciencia.
Sin embargo, en diciembre de 2023 el Gobierno nacional interrumpió completamente los fondos, lo que obligó a las universidades a reclamar y hasta judicializar el tema. Pese a ello, la provincia y la UNLa cubrieron el vacío y lograron concluir la obra, inaugurada con la presencia del rector Daniel Bozzani y el ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco.
“Independientemente del monto invertido, hoy este polo vale diez, veinte o cien veces más, en un contexto en el que en Argentina todo cierra”, expresó Bianco, quien destacó que la Provincia reactivó 21 obras universitarias paralizadas por Nación. Por su parte, Bozzani sostuvo que cortar una cinta en tiempos tan adversos es un acto de “contracultura” y reafirmó que la universidad pública sigue siendo motor del país.
El edificio cuenta con laboratorios de fabricación digital, salas teóricas, talleres textiles, áreas proyectuales y un auditorio con capacidad para 168 personas. Con ello, la UNLa refuerza su perfil industrialista y su compromiso territorial, propio de una universidad que desde los años noventa mantiene un fuerte vínculo con la comunidad.
La inauguración también refleja los vaivenes de la política científica argentina. Apenas semanas atrás, el propio Filmus presentó en la UNLa su libro Del péndulo al precipicio, donde advierte que la actual gestión no aplica un simple ajuste, sino un proceso de aniquilación del sistema científico y educativo, atravesado por corrientes ideológicas anticientíficas.
