La provincia de Buenos Aires atraviesa una retracción marcada en su estructura laboral formal. De acuerdo con un análisis del Centro de Economía Política Argentina, realizado sobre datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 se registró una disminución sostenida tanto en la cantidad de empleadores como en el número de trabajadores con empleo registrado.

Según el estudio, el período correspondiente a los primeros 21 meses de la gestión nacional de Javier Milei estuvo acompañado por un deterioro simultáneo del entramado empresarial y del empleo formal. En total, la provincia perdió 4.660 empleadores, lo que representa un descenso de 2,8 por ciento, al pasar de 167.669 a 163.576 firmas. A la par, se redujeron 90.069 puestos de trabajo, lo que también equivale a una baja de 2,8 por ciento, pasando de 3.233.720 trabajadores registrados en noviembre de 2023 a 3.143.651 en agosto de 2025.

El retroceso se concentró de manera predominante en las ramas productivas y de servicios. La Industria manufacturera encabezó la caída en términos absolutos con 788 empleadores menos, seguida por la Construcción, el Comercio y los servicios de Transporte y Almacenamiento. En términos relativos, los sectores más golpeados fueron los Servicios de organizaciones y órganos extraterritoriales, la Construcción y las actividades artísticas y culturales. Solo algunas actividades puntuales mostraron incrementos leves en la cantidad de firmas.

La reducción del empleo acompañó esa tendencia general. Entre noviembre de 2023 y agosto de 2025 se perdieron 90.069 puestos formales. Las disminuciones más relevantes se registraron en la Industria manufacturera, la Construcción, el Transporte y Almacenamiento y la Enseñanza. La Construcción fue el rubro con la caída proporcional más pronunciada: perdió 18 por ciento de su plantilla en menos de dos años.

El informe también evalúa el comportamiento según el tamaño de las empresas. Los empleadores con hasta 500 trabajadores explicaron casi la totalidad del retroceso, con 99,8 por ciento de las bajas. Aunque las firmas más grandes tuvieron una caída marginal en cantidad, la pérdida de puestos de trabajo se distribuyó de manera equitativa: 50,7 por ciento correspondió a pequeñas y medianas empresas y 49,3 por ciento a grandes compañías.